La niña y su Ofrenda de escuela dominical

En cierta ocasión, una madre entregó dos monedas iguales a su pequeña hija, y le explicó que una 
moneda era para la ofrenda de la escuela dominical y la otra para que se comprara dulces en la 
salida.  Durante el trayecto hacia la iglesia, tropezó y cayó al suelo, escurriéndose una de sus 
monedas, que rodó hasta perderse por la rejilla de un alcantarillado.  Cuando se reincorporó de 
aquella caída, corrió a ver donde había caído aquella moneda.  Al ver que ya no podría recuperarla, 
exclamó: “¡Mira, Dios...dónde has tirado tu dinero!”
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